Sus propiedades curativas son especiales para los diabéticos y obesos; además sana las úlceras, calma la acidez estomacal, equilibra el funcionamiento del aparato circulatorio, disminuye la hipertensión, mejora el funcionamiento cardiovascular y vigoriza el sistema nervioso.

Al tener ácido cítrico fórmico potencia la acción de la vitamina C a la vez que sirve como astringente y desinfectante, por ello acelera el metabolismo, disminuye las flatulencias y combate la gota. Atesora más del 33% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, la cual, es un potente antioxidante y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, siendo un aliado para los resfriados y las infecciones; favorece la absorción del hierro y contribuye a la creación de colágeno. Incluso es beneficiosa para la salud cardiovascular, como así lo indica la Fundación Española del Corazón en su portal oficial.

Por lo que respecta a su contenido en minerales, aporta cantidades generosas de calcio, fósforo y, sobre todo, potasio, el cual es indispensable para la transmisión del impulso nervioso, igualmente para regular la actividad muscular y el equilibrio del agua dentro y fuera de las células.

Además, su néctar mezclado con agua es maravilloso para disminuir la fiebre y combatir la arteriosclerosis.

Del mismo modo como es un antioxidante contribuye a reducir el riesgo de múltiples enfermedades degenerativas e incluso el cáncer. Por sus propiedades alcalinizadoras de la orina beneficia a quienes tienen cálculos o litiasis renal.

Incluso para las enfermedades de la piel es aconsejable, no obstante para ello se debe consumir limas en la mañana; también el té hecho de la cáscara facilita la digestión y tonifica los nervios.

Para curar la gota puedes extraer las semillas y aparte licuar la cáscara junto a la pulpa con un vaso de agua. Lo tomas durante diez días, hora y media antes de tu desayuno y pasados cinco días de haberlo hecho puedes repetir la receta.